Poco a poco vamos recibiendo testimonios y felicitaciones por difundir información sobre los beneficios de la jornada continua, así como la realidad de la jornada partida, los intereses ocultos que conlleva y sus verdaderos "beneficios". Nos ha llegado un testimonio relevante de una persona que conoce el caso alemán de primera mano, en el que desmiente otro de los muchos bulos que oiremos en el proceso de votación que lamentablemente tendremos que sufrir, aun cuando nuestro colegio ya haya elegido continua, como es la mayoría de colegios navarros. Aquí os dejamos su testimonio, agradeciéndole profundamente su gran aportación:

"Como madre, me siento identificada con lo que decís de la conciliación y de poder estar con mis hijos y gestionar el tiempo a la tarde como yo considere oportuno. 

Se está comparando también el sistema educativo español con Alemania o Finlandia diciendo que estos países tienen jornada partida y les va mejor. Esto es un bulo como una catedral. Este es el horario de Alemania, lo sé de primera mano pero si luego lo quieren buscar en internet también está:

En primaria de 8 a 13.30, con dos pausas de 20 minutos, una para comer. "Comen" en 20 minutos porque toman un sándwich a esa hora, en realidad los alemanes hacen la comida fuerte del día a las seis, que es su "cena" con la familia.

Luego se pueden quedar hasta las 18 en el cole con cuidadores externos al cole, pero no es nada lectivo. Hacen deberes y extraescolares, ese tiempo es optativo. 

La gente en España dice que es partida porque tienen clase después de "comer", de 12 a 13:30. ¿A quien quieren engañar? ¿Y el éxito académico realmente de esos países es por eso? ¿No será por la excelencia del profesorado, la implicación de las familias y las ratios bajas? 

En fin, no hay más ciego que quien no quiere ver. 

Y el que diga, como Alberto Soler, que el descanso largo antes de reanudar las clases, según los estudios, mejora el rendimiento, hay que decirle que sí, podría ser cierto, pero que el comedor escolar es de todo menos un descanso. Los niños salen de las clases y van con gente que les organiza de nuevo el tiempo, no hay libertad, todo es correr, ruido ensordecedor, extraescolares para apañar los turnos de comedor... Para mis hijos es el único rato que no les gusta del cole. El comedor es una pesadilla. ¿Dónde está ahí el tiempo de descanso, de tranquilidad? ¡Si tienen el cortisol a tope! Por no decir que la ecuación masificación + pocos adultos + poco espacio = conflictos todos los días. Mala convivencia, mal ambiente. La "siesta" de los niños de tres años es de risa también. 

Y lo sé de primera mano, he estado ahí."