Es la pérdida del propio nombre. La imposición porque sí. La anulación de la autonomía. Un injustificado ataque de inestabilidad a una institución básica para la sociedad de un estado de derecho: los colegios públicos.
Y es que el consejero Carlos Gimeno (PSN-PSOE) ha llevado finalmente al BON el pasado 27 de noviembre la Orden Foral por la que se implanta el horario lectivo partido en todos los colegios públicos de infantil y primaria de Navarra. En los privados, todos concertados por el Gobierno menos uno, British School, el patrono podrá determinar la jornada que considere oportuna.
Si este es el resultado de la acción de un gobierno de coalición progresista lo tenemos que saber los ciudadanos. Si los socios del Gobierno de María Chivite, Geroa Bai y Contigo Navarra están de acuerdo. Si el que apoya puntualmente temas tan básicos como el presupuesto general de cada año, EH Bildu, también lo está. Si a los partidos de la oposición, UPN, PPN y Vox, también les parece adecuada esta Orden Foral. Pues entonces se han quedado solos los verdaderos protagonistas: la comunidad escolar. Sensación incómoda a decir verdad.
Así que no entiendo quién gobierna en Navarra. Porque si algo quedó claro en las Jornadas que el CEN organizó en enero de este año y que publicó en su monografía titulada La jornada escolar. Reflexiones y datos, es que no hay evidencia científica alguna sobre la mayor o menor conveniencia de una u otras jornadas lectivas. Ello es debido a que existen otros muchos factores que condicionan la buena educación, el rendimiento académico y la atención general y particular que merecen quienes asisten a esas etapas obligatorias de formación. Si no es voluntario ir a la escuela, es vital cuidar la globalidad de lo que se ofrece. Así que el horario, el contenido curricular, la formación y selección del profesorado, la implicación activa de las familias, el seguimiento constante de la administración pública, dan nombre y alma a las escuelas.
No es una nimiedad. Quitar el nombre a una escuela pública es una ignominia. Y eso ha hecho el Gobierno de Navarra con esta Orden Foral.
El problema salta ahora, pero todo me hace pensar que la decisión estaba tomada ya en agosto de 2022, superada la pandemia y consolidada en diciembre cuando el consejero reunió a la mesa de padres y madres. Se planificaron las jornadas de enero. Una vez realizadas se publicó la Monografía antes citada. Si tienen ocasión les recomiendo que lean la Presentación firmada por Carlos Gimeno y la Presentación y Conclusiones de Manuel Martín, presidente del CEN. Y así hasta llegar al Pleno del CEN del 6 de noviembre que ha dado el visto bueno al Dictamen de esta OF por 14 votos a favor, 4 en contra y una abstención. No es baladí que el CEN lo componen 35 personas con derecho a voto. Misión cumplida.
Lo que sí se conocen son las repercusiones del horario escolar en la vida diaria de todos. Y por ahí podemos encontrar la explicación a lo perpetrado. Dicen que se concilia mejor la vida laboral y familiar. Dicen que el educando no puede rendir tantas horas seguidas. Dicen que el comedor escolar es un tiempo educativo. Dicen que las familias más humildes son peor atendidas con la jornada continua. Dicen que el transporte escolar en bus disminuye el uso del vehículo privado. Dicen que los abuelos disfrutan mucho acompañando a sus nietos a la entrada y salida del cole… Ya sólo falta que nos detallen cuántas toneladas de CO2 evitamos enviar a la atmósfera y cuántos árboles se salvan de la tala gracias a la jornada partida.
Y acabo con lo más sorprendente. La ignominia puede quedar en nada. Porque desdiciéndose de lo dictado, las sufridas direcciones de los colegios ya están a la espera de la Resolución de la Dirección General de Educación que establecerá el farragoso sistema por el que toda comunidad educativa pública, léase colegio, en ejercicio de su autonomía, podrá establecer otros tipos de jornada diferente a la impuesta por el Gobierno.
Viva el progreso. Vivan las coaliciones. Viva la libertad; como se grita ahora. Espero que la unión sindical presente cuanto antes el recurso a esta disparatada OF.
*El autor es profesor jubilado