¡Ya está! Se acabaron las votaciones de la jornada escolar. Ahora en espera de corroborar por los 2/3 de cada consejo escolar de centro, entregando la documentación antes del 1 de marzo, y suponiendo que todo va de forma rodada y esperable, podemos decir que de los 144 centros públicos que a día de hoy tienen jornada continua 137 han vuelto a decir que siguen con dicha jornada, lo que supone un 81%. De los centros de jornada partida dos de ellos, Mendialdea I (Berriozar) y San Miguel (Orcoyen), obtienen jornada continua pero como comparten transporte con centros de jornada partida pues se quedan con dicha jornada; dos centros no obtienen jornada continua por 1 solo voto del 60% de su censo a pesar de tener amplia mayoría y otro centro por tan solo dos votos.
Ahora tenía que llegar la reflexión, señores Gimeno y Manuel Martín, ¿ha merecido la pena el esfuerzo, trabajo, horas, reuniones, diseños, etc, de equipos directivos y apymas para volver a decirles que una inmensa mayoría quiere la jornada continua? ¿Pensaron que, como dijo un excompañero mío, “después de organizar una votación tendenciosa hacia la jornada partida, con una pregunta torticera”, y hacia un fascismo impositivo por parte de la Administración (esto es mío), las familias iban a dejarse dirigir y manipular tan fácil? ¡Pues no! Afortunadamente las familias piensan, estudian, valoran y deciden, cosa que ellos no han hecho. Tuvieron 16 años, desde 2007 que empezó la jornada continua de manera experimental hasta el 2023, para valorar dicha jornada y sus resultados. Recuerdo que los centros con jornada continua todos los años debían de ratificar dicha jornada con informes valorativos y de memoria, así como con votación favorable de cada consejo escolar de centro por mayoría absoluta. No ocurrió lo mismo con ellos, Manuel Martín, presidente del Consejo Escolar de Navarra, que aprobaron la OF 106/2023 de 9 de noviembre con tan solo 14 votos de los 35 miembros, un 40% de su censo. ¡Qué fácil, consejos doy (exijo 60% de censo) y para mí no tengo (40% de su censo).
Señores Gimeno y Manuel Martí, toca hacer autoevaluación. Yo les pediría que salieran a la palestra, igual a la tarima se les ha olvidado, a dar explicaciones de su errónea decisión y a valorar el esfuerzo realizado por las Comunidades Educativas que esperan que se les tenga en cuenta a la hora de dictaminar sobre la jornada escolar sin pasar por encima de sus decisiones. Igual toca decir, como dijo nuestro emérito: “¡Lo siento! Me he equivocado. No volverá a suceder”. Yo espero que el recurso presentado ante esa OF salga adelante y los centros puedan elegir cada año qué jornada quieren mantener, cambiar o evitar. Mientras tanto, señores, ajusten sus biorritmos a la sociedad del siglo XXI.
Mª ÁNGELES TIRAPU IBÁÑEZ - MAESTRA JUBILADA Y EXJEFA DE ESTUDIOS