¿Qué razones pedagógicas tienes para defender la jornada continua? Me preguntaba una usuaria en redes sociales. ¿Cuáles tienes tú para defender la imposición de la jornada partida? ¿Por qué eso ni se plantea? La jornada partida es el orden establecido, y funciona. Funciona, según la “intuición de algunos sociólogos” como rezaba un artículo editado en este mismo medio.
Y parece que funciona según la confederación de AMPAs vascas, que sin haber informado objetivamente, ni haber sondeado siquiera a sus familias asociadas, se inclinan más que ligeramente por seguir con la imposición de la partida. En Navarra ha sido muy curioso cómo las federaciones de AMPAs se mostraban al principio reticentes, por no decir contrarias, a la jornada continua, y luego han tenido que dar marcha atrás tras ver las miles de familias que votaban a favor del cambio a jornada continua.
“Euskadi somos el territorio con más segregación escolar según Save The Children, pésimos resultados PISA y una calidad de vida bastante deficiente”
¿Funciona? Somos el territorio con más segregación escolar según el último informe de Save The Children, pésimos resultados en el informe PISA y una calidad de vida bastante deficiente, con poco tiempo para ocio al aire libre. Y todo esto con jornada partida impuesta desde tiempos inmemoriales. No hay un solo informe que justifique que la jornada continua agrava la brecha social ni la segregación. Ni uno. Al contrario, en las valoraciones oficiales de la Generalitat sobre las 25 escuelas piloto catalanas, aparecen datos concretos como mejora el absentismo y reduce la conflictividad.
¿Funciona? ¿Hacer a todo el alumnado comulgar con el mismo horario? ¿Funciona el principio de igualdad? ¿Son todas las familias y todos sus hijas e hijos iguales? Es el principio de equidad lo que debería establecerse en el ámbito educativo, mismos derechos y oportunidades, respetando las individualidades en la medida de lo posible. De hecho nuestras hijas e hijos, y las propias familias vascas, sufrimos la discriminación frente al resto del estado, y de Europa, de no poder disfrutar de la jornada continua, ni siquiera del derecho a decidir, y eso es de todo menos equidad.
Así que no, no funciona. Lo muestran estas evidencias, pero también expertos de la talla de Juan Antonio Planas (presidente de la federación española de psicopedagogía), Mar Romera, Jose Luis Bernal o el propio Franccesco Tonucci, entre otros.
“Estar en contra de la jornada continua, y a favor de la imposición de la partida, es impedir a muchos niños y niñas una mejor calidad de vida”
Al contrario que la jornada continua, que funciona para todos y todas. Para docentes, para familias, pero sobre todo, para los y las niñas. Estar en contra de la jornada continua, y a favor de la imposición de la partida, es impedir a muchos niños y niñas una mejor calidad de vida. Y a otros, la misma, pero nunca peor.
Funciona por una razón muy sencilla, que ningún sociólogo ajeno al mundo educativo tenga que ratificar con su intuición. Funciona, porque acoge a todo el alumnado. Al que quiere irse a las 14:00 y comer en casa. Al que quiere salir a las 15:00, 15:30, 16:00, o a las 16:30 o 17:00 con las actividades extraescolares y/o los deberes hechos. No excluye a nadie porque garantiza el transporte y el comedor. Ni excluye, ni obliga, como la actual jornada partida.
Funciona para los y las docentes, para su capacidad de conciliación, y también de formación y de coordinación. Funciona para que los y las txikis puedan vivir sin la sombra del “venga-venga” constante, puedan tener tiempo de ocio, deportivo, y por qué no, de aburrimiento. Hace falta, en palabras de Fratto, que los niños vuelvan a tomar las calles, volver a hacerlas seguras e interesantes, y para esto hay que implicar a otros agentes sociales, municipales etc. No podemos encerrar a los y las niñas entre las mismas cuatro paredes y 20 barrotes que son la escuela (por mucho patio coeducativo y ecológico que planteemos). La escuela no puede ser la respuesta a absolutamente todo, como se le ha adjudicado durante estos dos años pandémicos.
Funciona en secundaria, cuando son un poco más mayores y necesitan socializar y también estudiar. En la C.A. de Euskadi, secundaria, por norma, también está en jornada partida, y en esta etapa somos los úniquísimos a nivel estatal, y diría que hasta mundial.
“La jornada continua funciona para los y las docentes que quieran conciliar, también para dar más tiempo a txikis, para los transportados del entorno rural y para quienes tienen necesidades especiales”
Funciona para los que somos del rural y transportados, y necesitamos tiempo vespertino para “viajar” hasta la ciudad o pueblo más grande a recados, actividades deportivas, de ocio o culturales varias. La jornada partida sigue alimentando un urbanocetrismo que ya quedó patente al inicio de la pandemia, estableciendo las mismas medidas sanitarias en zonas rurales y urbanas con muy diferente densidad de población.
Funciona para las familias con hijos e hijas con necesidades educativas especiales, que tienen que acudir a diferentes tipos de terapias fuera del centro escolar, y, o bien pierden horario lectivo, o bien acuden por la tarde, funcionando otra vez con el estrés y las prisas y sin tiempo para descansar. También las familias con txikis con T.E.Autista están obligadas a ir y venir 4 veces al día, al no soportar éstos/as el ruido y el estrés del comedor escolar.
Funciona porque reduce el gasto energético de luz y calefacción en los centros escolares, al reducirse los espacios que hay que mantener calientes durante la hora del comedor y posteriores.
Funciona porque se adapta a los ritmos individuales de cada niño y niña y de cada familia. Recientemente se ha divulgado una comparativa sobre la hora de acostarse y la cantidad de horas de sueño por países europeos, y estamos las últimas/os de la fila. Y es que, parando dos o tres horas para comer ingentes cantidades de comida, haciendo la digestión y volviendo a fichar, la hora de salida se planta a las cinco de la tarde, y no olvidemos que a las 17:30 anochece durante casi la mitad del año. En Europa tienen unos horarios más lógicos, con un almuerzo menos copioso y una merienda cena que deja un margen antes de acostarse con la tripa hinchada como aquí, porque no te da la vida. Interesante la labor de divulgación de la Asociación ARHOE, para la “Racionalización de los Horarios Españoles”. En jornada continua, se hacen dos patios (no olvidemos que la hora del patio es lectiva), con algún alimento en ambos.
Funciona porque no afecta al rendimiento escolar, y si nos fijamos en los resultados PISA, comunidades con el 100% de sus centros en jornada continua aparecen en los primeros puestos, aunque sea casualidad (si las casualidades existieran), este dato deja al descubierto que el tipo de jornada es, cuanto menos, irrelevante. Y este parece ser el único motivo que preocupa sobre la infancia. Nada sobre su tiempo, su calidad de vida, el respeto al juego y al tiempo en familia. Para estas y estos preocupados por el rendimiento académico, un soplo de tranquilidad. Añadido, y dato extraído de la valoración de ANPECV, que los y las docentes perciben menor cansancio en el alumnado.
Todo esto lo evidencian las miles de familias de Aragón y Navarra, que después de haberla probado impuesta durante los dos años que ha durado la pandemia, han votado masivamente a favor. Lo evidencian las familias gallegas, que con una amplia oferta de extraescolares y actividades culturales y de ocio promovidas por diferentes instituciones públicas llevan disfrutando de la jornada continua desde 1980. Lo evidencian los 25 centros piloto de infantil y primaria en Catalunya, donde familias, ampas y docentes luchan año tras año contra la desaparición de estos proyectos, a pesar de las valoraciones positivas de la Generalitat. Y también las del resto del territorio: nueve de cada diez centros, concretamente. Y ese 1 de cada 10 que no, lo tenemos aquí.
Pero también hay para quien la jornada partida sí funciona: para la gestión directa que hace el Gobierno Vasco de los comedores de las escuelas e institutos públicos, que se asegura más comensales, y sobre todo, funciona para las macro empresas de catering (pertenecientes las tres de mayor capital al Grupo Mondragón). Y no lo digo yo. Nos lo dijo la parlamentaria del PNV en nuestra comparecencia en la comisión de educación, y quedó grabado. Tampoco da muy buena espina la sentencia del TSJPV sobre el “cártel de los comedores”, con condenas a la mayoría de empresas por pactar precios de menús, y una investigación al Gobierno Vasco por su “manga ancha” (un eufemismo precioso). Y es que no es casualidad que en nuestro decreto actual se marque la obligación de una parada de al menos 90 min entre horas lectivas de la mañana y de la tarde.
“...entre 2003 y 2015, las empresas de catering pactaron el precio de los menús y se repartieron el mercado de los comedores escolares produciendo un sobrecoste a los usuarios de 70 millones de euros. Fue el llamado “cártel de los comedores”, que acabó con una sentencia del TSJPV que obligaba a pagar a las 8 empresas implicadas 18 millones de euros (Auzo Lagun S.Coop: 6,1 millones de euros, Cocina Central Goñi S.L: 522.879 euros, Cocina Central Magui S.L.: 775.827 euros, Eurest Colectividades S.L.: 6,6 millones de euros, Eurest Euskadi S.L: 135.497 euros, Tamar Las Arenas S.A: 1,1 millones de euros, Gastronomía Cantábrica S.L:1,6 millones de euros, Gastronomía Vasca S.A: 1,5 millones de euros)...”
“El Gobierno Vasco no ha realizado el estudio sobre el tipo de jornada que le solicitó la comisión de educación del parlamento, es decir, han firmado la imposición de la jornada partida sin basarse en absolutamente nada”
Y sigue sin ser casualidad que en el acuerdo de bases para la redacción de la nueva ley educativa, aparezca de manera muy concisa la frase “consolidar la jornada partida”. Incluso sin que el Gobierno Vasco haya realizado el estudio sobre el tipo de jornada que le solicitó la comisión de educación del parlamento mediante una Proposición No de Ley aprobada por todos los grupos. Es decir, han firmado la imposición de la jornada partida sin basarse en absolutamente nada.
Curiosamente, los grupos políticos parlamentarios, menos PNV-PSE, se habían mostrado abiertos a considerar que cada comunidad educativa tuviera autonomía organizativa acorde a su Proyecto Educativo de Centro. De ahí nuestra sorpresa, cuando en el borrador vimos que habían firmado la consolidación de la partida. Parece que es un punto que el PNV quiere tener bien atadito. Y su socio, el PSE, pues amén.
Artículo de: Irene Fuentes